«He cruzado más de cuatrocientos ríos, pequeños, medianos o grandes… Hice todo el camino en briska, en trineo, en carreta, en litera, arrastrada por caballos, por renos, por perros, a veces a pie y, en general, a caballo. Toqué mi violonchelo allí donde ningún artista jamás tocó… Éste es el resultado de mi temeraria empresa… La nostalgia me desgarra…»