Muchos de los sucesos que aparecen en esta novela son de fácil comprobación en la realidad y constituyen uno de los capítulos más descuidados de la historia de Colombia con los pueblos indígenas. Son una mezcla de realidad y ficción, a partir de hechos investigados y vividos. Tanto los personajes como la trama pertenecen exclusivamente a la creación de la autora, quien no se refiere a ninguna persona vinculada de manera directa o indirecta con esta historia. "No sé si fue un extraño presentimiento o la excitación, pero se me salía el corazón ante la aventura que iba a emprender (...). Nos proponíamos presentar una obra de teatro para los nativos que habían sobrevivido al exterminio causado por la explotación foránea del caucho en el Amazonas".