Una familia hace un viaje de mudanza a un pueblo de trabajadores en las afueras de la ciudad. Un
niño, el hijo, comprende con asombro que el mundo que conoce, se acaba en ese mismo sitio
donde surgirá uno nuevo. El punto límite para esa transición entre lo conocido y lo ignorado, o lo
real y lo imaginado, tendrá una forma concreta; una neblina densa, permanente y gris que indica
la aparición de Siberia.
Juan Nicolás Donoso crea, con esta hermosa novela, un lugar que da presencia a los recuerdos y
los miedos. Lo dota de un paisaje de imágenes fijas, por donde transitan seres silenciosos y
laboriosos. Construye un hogar en medio del frío y la neblina; y la vida cambia su lógica. Lo más
cercano y conocido, lo familiar, lo amado se hace extraño. Una geografía imaginada, en la que lo
terrible no puede reconocerse por estar indiferenciado de lo bello y extraordinario.