El problema que suele ir asociado a los cristales es que, por norma general, permiten observar lo que acontece a través de ellos. Las ventanas son puntos de acceso a secretos que deberían quedar a buen recaudo entre los muros en los que habitan…
¿Por qué observar a través de ellas, entonces?
Un paseo cualquiera, una mirada despreocupada y azarosa hacia el interior de una casa, y un asesinato. Dos ojos azules que demandan auxilio mientras el brillo de la vida escapa del cuerpo de su dueña… y la pesada carga que ha de portarse cuando se es testigo pasivo de un acto injusto y atroz. Las cuitas que atormentan a aquel que no sabe ayudar.
Y tú, llegado el momento… ¿serías capaz de hacerlo?