En Perú, un país donde las instituciones públicas son sospechosas -y a menudo culpables- de corrupción, los bomberos están entre los servidores públicos más valorados. Pero no cobran un sueldo y sólo reciben beneficios si pierden la vida o queda inválidos. ¿Por qué los peruanos prefieren que los rescate un héroe sin sueldo en vez de un profesional pagado?