Una mujer cuida a su hijo adolescente en coma. La habitación de hospital es su escondite, la condena del hijo y, a su vez, la salvación de ambos.
Los enfermos es la primera, notable novela de Natalia Rozenblum: un relato descarnado, de una violencia intensa y al mismo tiempo tremendamente poética, que parece pender de un hilo como las vidas de esa mujer y su hijo, y de los pocos personajes que aparecen en escena. Una voz en primera persona que a veces dialoga con el hijo inmóvil, incapaz de responderle, y a veces es monólogo desesperado.
Relaciones familiares rotas que empiezan a remendarse o terminan de romperse definitivamente alrededor del lecho del convaleciente. Cosas dichas a media voz, como se les habla a los enfermos en el silencio pastoso de los hospitales. La familia como esa enfermedad que todos padecemos, con sus síntomas generales y sus monstruosidades particulares. La familia, en fin, como una enfermedad crónica.