Tras muchos años, Alfonso Zapico pone punto y final a su historia de La Balada del Norte. Una obra con mucho corazón, que además de recrear y poner en valor la revolución minera asturiana de 1934, también nos llevará al costumbrismo y a la vida del pueblo ficticio de Montecorvo. Allí viviremos la lucha de la clase trabajadora como Apolonio y su hija, Isolina, en contraposición a la vida tranquila de personas de buena familia, como El Marqués y su hijo, Tristán.