Este proyecto lleva más de tres años y tengo confianza como para contarte algunas cosas. Me cuesta mucho guionar estas líneas. En pocos minutos, a veces en apenas uno, intento resumir una vida, invitarte a escuchar una carta y, por qué no, provocar un contagio de lectura. Esa dificultad aparece en personajes como este. Carmen Mondragón fue pintora, profesora, poeta, modelo y musa de muchos pintores. Nació en México en 1893 y vivió su infancia y parte de su juventud en París, donde fue educada. En Francia y España conoció a Picasso y Matisse, que fueron importantes para iniciarse en el arte.
Cuando volvió a México, en plena revolución, se casó con el pintor Manuel Rodríguez Lozano, con quien tuvo un hijo, que murió de pequeño. Ese hecho trágico -y el detalle de que él era homosexual- terminó con el matrimonio. Luego conoció al pintor y vulcanólogo Dr.Atl, uno de sus grandes amores y quien la rebautizó como Nahui Olin que en lengua náhuatl significa “sol de movimiento”. Apenas la conoció, él quedó prendado por esa belleza irrepetible. La misma noche escribió en su diario: “Entre el vaivén de la multitud que llenaba los salones se abrió ante mí un abismo verde como el mar; profundo como el mar: los ojos de una mujer. Yo caí en ese abismo, instantáneamente como el hombre que resbala de una alta roca y se precipita en el océano. Atracción extraña, irresistible. (…) ¿Cómo es posible que en un hombre como yo pueda encenderse una pasión con tal violencia?”
Lo cierto que es, claro, cayó en esa pasión. Se enamoró de esa mujer bellísima, inteligente y con una férrea militancia por la libertad. Ella se destacó no sólo por su obra artística; una obra que la crítica desdeñaba por naif, pero que tiene una reivindicación de la autonomía femenina. Ser retratada era parte de su obra y posaba sin distinción para las revistas populares y para los grandes muralistas mexicanos.
Elegir sólo una carta nos parecía un desperdicio, darles sólo migajas de un manjar que nosotros disfrutamos muchísimo. Ésta es entonces una selección de misivas que Nahui Olin le escribió al Dr. Atl. Parte de esta historia está en el precioso libro “Totalidad sexual del cosmos”, del español Juan Bonilla. Lee la actriz Cheryl Sue Ortiz.
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