Atrevernos a dar el primer paso es un ejercicio de empoderamiento total y absoluto. Qué pereza esperar sentadas y calladitas a que llegue todo eso que soñamos tener, hacer o sentir, ¡hay que lanzarnos para conseguirlo! Tomar el control de nuestras emociones, nuestra vida profesional, nuestras relaciones sexo-afectivas y, en suma, de nuestra vida, es una herramienta para reafirmar a las diosas etéreas que llevamos dentro.