Tenía fama de ácido y de implacable, pero nadie se atreve a dudar de que Atahualpa Yupanqui fue el artista más trascendente que tuvo el folklore argentino. El que llevó nuestra música de raíz a un nivel de excelencia. En 1967 durante una gira a Japón le escribe esta carta a su esposa Nenette. Víctor Laplace lee un texto íntimo con cuestiones de entrecasa, pero también con una mirada profunda sobre su obra. Un artista que sabía que estaba haciendo canciones que lo iban a trascender, canciones para la eternidad.