En "No oyes ladrar a los perros", Juan Rulfo narra la conmovedora historia de un padre que carga a su hijo herido a través de un paisaje desolado en busca de ayuda. A lo largo del camino, el padre lucha con el peso físico y emocional del pasado, mientras el diálogo entre ambos revela una relación marcada por el sufrimiento y la esperanza. Con un lenguaje austero y poderoso, Rulfo captura la esencia de la desesperación y la resiliencia humana en medio de la adversidad.