Nada como estar ante el micrófono para caer en la trampa de los bromistas de ocasión: todo empezó con los saludos en vivo, pero el peligro ya amenaza a sobrecargos y enfermeras... hablamos de la tradición de los nombres con doble sentido (inventada, al parecer, por un hombre de apellido Camelo), recuperada por Leo y Korno.