Esta semana tuve una plática muy conmovedora con una mujer que amo y admiro profundamente, que es fuerte, que no acepta mierda de nadie y que defiende lo que cree con uñas y dientes… todas características que me fascinan y que muchas veces hace falta recordar que tenemos dentro de nosotras, pero la otra cara de la moneda con ser así es que muchas veces estamos totalmente desconectadas de nuestra suavidad, nuestra ternura, nuestra docilidad ante la vida.