Nueva York, 1953. Liv Joyner y Oscar Hancock compiten por el proyecto de la remodelación interior del hotel Edén de Manhattan. Un proyecto que a Liv la consolidaría como decoradora y por el que Hancock estaría dispuesto a hacer cualquier cosa.
Cuando la dueña del hotel, Heidy Brinicombe, se decide por el de su más odiado competidor, sin siquiera haber tenido ocasión de presentar sus ideas, Liv comienza a sospechar que Hancock consigue los clientes más interesantes con malas artes, así que decide contratar a Jack Bradley, un detective privado, para que lo investigue.
Lo que ella no sabe es que, por una casualidad, Hancock logra suplantar a Bradley. Y es que, lo que realmente quiere Oscar es averiguar la identidad del artista que pinta los cuadros del diseño de Olivia, porque la señora Brinicombe se ha enamorado de ellos. Hasta el momento, solo conoce sus iniciales, G.F., o, como han decidido llamarlo en su oficina: Gin Fizz.