En varios países latinoamericanos, donde la inmigración venezolana ha impactado fuerte, “chamo” se usa como un gentilicio para identificar a personas provenientes de Venezuela. Pero en este capítulo, Mi Chamo, significa lo mismo que en ese país: mi niño, mi amigo. Claro que para llegar a usar la frase con ese cariño, la travesía del Chamo fue larga y peligrosa, y la de Claudia, fue de aceptación, de derribar barreras, de conocer e integrar hasta llegar al cariño.