La historia de amor de Patti Smith y Robert Mapplethorpe es un viaje a la memoria de los años 60 y 70. Fue un vínculo que exploró las nuevas formas de unión y la rebeldía de su época. Fueron pareja por un tiempo y amigos durante la vida. En esta carta, la sacerdotisa del punk le escribe al fotógrafo, que ya está muy enfermo. El texto, que forma parte del libro “Eramos unos niños”, está lejos del lamento. Es el epílogo amoroso de una relación única y maravillosa. Lee la actriz Antonella Costa.
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Querido Robert:
Cuando no puedo dormir, a menudo me pregunto si tú tampoco puedes. ¿Tienes dolor o te sientes solo? Me sacaste del período más oscuro de mi juventud y compartiste conmigo el sagrado misterio de lo que es ser artista.
Aprendí a ver a través de ti y jamás he compuesto un verso ni he dibujado una línea que no provenga de los conocimientos que obtuve en nuestra preciada vida juntos. Tu obra, que emana de una fuente fluida, tiene su origen en la candorosa canción de tu juventud. Entonces hablabas de darle la mano a Dios. Recuerda que, en todo lo que pasó, siempre has sostenido esa mano. Agárrala fuerte, Robert, y no la sueltes.
La otra tarde, cuando te quedaste dormido en mi hombro, también yo me dormí. Pero, antes de hacerlo, pensé. Mientras miraba todas tus cosas y creaciones, y repasaba tus años de trabajo, pensé que de todas tus obras, tú continúas siendo la más bella. La obra más bella de todas.
Patti