Este texto es un mero ejercicio de observación de los acontecimientos políticos y sociales que en los años recientes han sucedido en regiones de Europa, Estados Unidos y América Latina, pero en clave colombiana. No es un texto de memorias, pero he leído algunas en las que el memorialista, que en su tiempo ocupó altas responsabilidades en una organización de la izquierda legal o armada, trata de salvar su reputación mediante el vil señalamiento de los demás o haciendo creer que nunca avaló las decisiones que llevaron a la bancarrota al proyecto político del que formó parte. He sido un hombre de mi época y no pienso lavarme las manos con estas anotaciones. No es mi deseo, por otra parte, escribir un inventario de los yerros de los revolucionarios colombianos, más aún cuando se cuentan por millares las mujeres y los hombres pertenecientes a todo el espectro de la izquierda del país asesinados por sus ideales. Luchadores que no dudo en llamar "héroes" y "mártires". Son héroes los que perecen luchando por las buenas causas y son mártires los que van derecho hasta la piedra del sacrificio por un mero ideal.