Contratado por la Universidad de Oslo para supervisar unas excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en el monasterio de Vaerne (Noruega), Bjørn Beltø es testigo de un hallazgo único. Se trata de un cofre de más de dos mil años de antigüedad que contendría un manuscrito que podría cambiar el curso de la Historia. Beltø, procurando evitar que el cofre caiga en las manos innobles de unas personas que se escudan tras una fachada académica, huirá de Noruega; su periplo le llevará de Londres a Oriente Próximo, para culminar en Rennes-le-Château, Francia.