Juan Pedro Aparicio pertenece a una generación pródiga en brillantes escritores de relatos. En La vida en blanco recoge dieciséis cuantos compuestos en su inmensa mayoría durante la última década, de temática variada y pareja intención. Confiesa el autor que el título que los reúne acaso tenga más relación con su vida que con la de sus personajes. Pero tanto aquél como éstos no parecen pretender otra cosa que rellenar su propia página en blanco.