La primera vez que apostó en el casino, Fiódor Dostoyevski ganó una fortuna. En ese momento, pasaron dos cosas. El veneno del juego había sido inoculado en él y comenzaba a gestarse una obra maestra de la literatura universal: la novela “El jugador”. En esta carta, el ruso le escribe a su mujer Anna contándole que lo perdió todo. Y pidiéndole encarecidamente, y una vez más, que lo perdonara. Nadie describió como él la locura que significa el juego. Lee el actor Daniel Alvaredo.