Amamos hacer Epistolar porque es una gran excusa. Una excusa para bucear en la vida de personajes fascinantes. Y porque las cartas son uno de los sustitutos más vívidos de una persona, cuando ya no está entre nosotros. En este caso, el personaje es Remedios Varo. Nacida en España y mexicana por adopción, fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica. Una de las primeras mujeres que estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de Madrid. Pero antes de su educación formal, se crió con un padre que le enseñó perspectiva y dibujo. Se crió también admirando las obras de El Bosco, el Greco y Goya en el Museo del Prado, al que iba con frecuencia. El resultado de todo eso -y por supuesto de un gran talento- es una artista excepcional, con obras que navegan entre lo científico, lo místico y lo mágico. Si decíamos que una carta es el sustituto más vivo de una persona, en el caso de Remedios tenemos que prestar atención a cada palabra. En este texto, la artista le escribe a un colega como quien pinta un cuadro. Son pinceladas de oscuridad, ensoñación y erotismo en la voz de una artista excepcional. Lee la actriz y cantante Patricia Ginés Yllán.
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¿Fumáis? Yo he emprendido una lucha titánica contra la nicotina y el humo en general. He llegado a la conquista parcial del asunto y en mis días de bondad sólo fumo seis cigarrillos. En los días de nostalgia, de depresión y cuando todo es un desmadre, ¡bueno!, entonces, ¡no sé!
¡Bien!, de los insomnios, del sudor frio, de las inyecciones de extracto de hígado, del deseo de perforar en la tierra una madriguera para esconderse allí dentro, ¡no digo nada! Espero vuestras noticias y sólo entonces os comunicaré cómo fui visitada, ha tiempo, por una sirena hechicera, ferverosa admiradora vuestra y muy preocupada e intranquila a causa de vuestro retraimiento de la vida cotidiana. ¡misterio!
Vivo, como antes, en este castillete de Álvaro Obregón 72, con teléfono 11 20 84.
Recuerdo las antiguas paellas, la libre circulación y beso vuestras falanges.