Madres del triángulo rosa es una mirada sincera hacia atrás, desde el momento en el que su hijo mayor, en su habitación de adolescente, le confesó que no le gustaban las mujeres. Ella, una mamá de esas que entrega todo por sus hijos, se dijo a sí misma que lo amaría por encima de todo, pero luego se dio cuenta de que era más fácil decirlo que hacerlo, que ella tenía aún el corazón lleno de prejuicios. Más que la historia de un chico que decidió salir del clóset en una de las ciudades más machistas del país, esta es la historia de una mamá valiente, llena de dudas y defectos que se puso de su lado. Una mamá que soportó los chistes homofóbicos, que se enfrentó, a su manera, a un país que marchaba cargando pancartas que decían que la homosexualidad era un pecado… Una mujer que decidió que era una estupidez perderse la oportunidad de vivir la vida junto a su hijo solo porque la sociedad le decía que debía seguir cargando, entre las manos, en su alma, un montón de prejuicios oxidados.