Despierta aterrado. Una pesadilla lastimó su descanso y ahora no puede -no quiere- volver a dormirse. Lo que vio es demasiado, pero el miedo es más, así que el hombre repasa los hechos que lo llevaron a ese sueño.
Con un entramado maravilloso de escasa información y un uso medido del lenguaje, Saer construye un escenario pequeño capaz de hacernos cruzar el desierto y ver, de lejos, las pirámides.