La guerra es la muerte en sí misma. Vale lo mismo la vida de un guerrillero que la de un soldado. Y sin embargo, después de más de medio siglo de guerra de guerrillas, de masacres y bombardeos, de emboscadas, desapariciones… pocos, muy pocos en Colombia están convencidos de que la guerra debe ser sepultada para siempre.
"No hay guerra justa" es la conclusión a la que llega el autor y a la que quiere llevar al lector en este libro escrito por un guerrero que no fue invisible.