Federico García Lorca es uno de los poetas más importantes de habla hispana. Y una de las 114 mil víctimas de desaparición forzosa que dejó el franquismo. En su caso, por sus ideas libertarias y su homosexualidad. En 1936, poco tiempo antes de su fusilamiento, se enamoró perdidamente de Juan Ramírez de Lucas, un actor y estudiante 19 años menor que él, al que cariñosamente llamaba “Juanito”.
Ambos habían recibido una invitación de la actriz Margarita Xirgu para viajar a México. Estaban muy entusiasmados. Lorca por conocer ese país. Y Juanito por desarrollar su carrera de actor. Pero el padre del joven se negaba y sin su aprobación no podía viajar. En esta carta, Lorca lo consuela y le expresa su amor como sólo él puede escribir. “Te quiero dar agua para tu fuego, flores para tu quemadura”, le dice con honda belleza. Lee el actor y director Juan Andrés Romanazzi.
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Mi querido Juanito:
He recibido tu carta que aunque triste me ha dado alegría por tener noticias tuyas.
Lo primero que se me ocurre es decirte que como tienes talento debes llevar con talento el enojoso asunto de tu padre. Tu padre no es de tu generación y es lo más natural, no solo el que no te entienda, sino que piense todo lo contrario que tú. Lleva años y años aferrado a unas ideas y a unas normas que te son antagónicas y es natural que choque contigo. Una persona que no tuviera luces, te daría leña para tu fuego; yo te quiero dar agua para tu fuego, flores para tu quemadura. Juan: yo te pido por Dios que sobrelleves a tu padre y le hagas comprender con dulzura y silencio que está equivocado contigo. Si algún canalla o inconsciente le ha contado calumnias tuyas, tú debes hacerle comprender que son calumnias, pero no adoptes actitudes airadas en contra suya. Adopta un aire de gran dignidad hasta que él salga de su ofuscación.
Y desde luego ten fe en ti, nada de desmayos, ten fuerza hijo mío y lee y estudia y piensa que esa tormenta que estás pasando solo servirá para enriquecer tu espíritu. En tu carta hay cosas que no debes, que no puedes pensar. Tú vales mucho y tienes que tener tu recompensa. Piensa en lo que puedas hacer y comunícamelo enseguida para ayudarte en lo que sea. Pero obra con cautela. Estoy muy preocupado contigo pero como te conozco sé que vencerás todas las dificultades porque te sobra energía, gracia y alegría, como decimos los flamencos para parar un tren.
Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes tú sin necesidad de decírtelo pero con silencio y entre líneas tú debes leer todo el cariño que te tengo y toda la ternura que almacena mi corazón.
Solo tengo una obsesión y es que quisiera meterte en la cabeza la actitud que debes guardar, llena de fuerza y de astucia para contrarrestar la actitud equivocada de tu padre que tú tienes que encauzar con talento y hombría y respeto.
Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y que te pide que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: Es preciso que vuelvas a reír. A mi me han pasado también cosas gordas por no decir terribles y las he toreado con gracia. No te dejes llevar de la tristeza. Tienes muchas cosas y el mundo aunque nos viera es hermoso.
Bien sabes lo mucho que yo te quiero y por eso te aconsejo prudencia y bien hacer.
No vuelvas a desesperarte. Es de gente débil y tú debes recordar en todo momento que eres un verdadero hombre. Dime todos tus proyectos.
Yo empiezo ahora a trabajar de nuevo y tengo un espíritu caluroso en buena disposición para aconsejarte.
Muchos recuerdos a “tus hijos te formaron” y tú recibe un abrazo cariñoso de este gordinflón poético que tanto te quiere.
Federico
Estoy en mi huerta. El día 18 es día de mi Santo.
Escríbeme enseguida y ¡por Dios! que estés más contento kiquiriquí.