Como tesis general, yo propondría la siguiente: en todo sistema político-económico basado en la apropiación y distribución de bienes antes que en su fabricación, traslado y mantenimiento, y en el que, por tanto, una parte de la población se dedica a mover los recursos de un lado para otro, esa parte de la población tenderá a organizarse en una compleja jerarquía de múltiples niveles (tres como mínimo, pero a veces diez, doce o incluso más). A modo de corolario, cabría añadir que dentro de esos sistemas jerárquicos la frontera entre siervos y subordinados a menudo se difumina, ya que la obediencia a los superiores suele ser un elemento crucial del trabajo. La mayoría de los actores importantes son a la vez señores y vasallos.