Tuti Curani

Se escuchan clics en el barrio.
Salen de las casas habitación
mientras caras hiper conectadas
fabrican versiones de unx mismx:
— Mirá mi sims. —
— Mirá cómo cuido a mi sims. —
— Gana popularidad mi sims —
— Asciendo en el empleo. —
— Gana popularidad mi sims. —
— Tengo más citas. —

Esqueletos encriptados
cuadraditos juntos
unos y ceros y unos y
así es más fácil borrarse.

Ciudades capitales

Sobrevivir al tramo
del colapso mental
al colapso mensual:
el deseo de silencio.
Después:
cerrar otra red
como remedio al ruido.

Bendecida una era
de abstenerse a participar
un truco en el que se gastan bits.
Se gastan bits que contaminan lo mismo
que aquello de lo que tanto se dice
“no queremos más”.

Y vi las máquinas
vi las máquinas que en fotografías queman
grandes nuevas calorías del mismo círculo.

Y vi los números
vi los números que en cada clic emiten polvo:
suman cuanta interferencia
los pensamientos y horas
que se fueron gastando
permitan.

Me voy a poner a experimentar
cómo se va la semana.
No estar
es muy sencillo
pero muy bueno.
No se puede hacer nada
para que vuelva
y eso es muy distinto
de lo que le ocurre al resto.

El jueves lloré
como un scroll infinito
en un colectivo de tres cifras
y la chica que estaba sentada al lado mío
era obvio que también iba
al mismo evento que yo
por cómo estaba vestida
o por algo en el pelo.
Supongo que en estos años
aprendí
a detectar estas cosas
prejuiciosa pero acertadamente sobre las personas
porque todo lo que sale de unx
comunica algo
y eso también puede ser inaguantable.

Me vestí de espaldas al río
y con la boca vacía de sílabas
transmití un silbido
de letras entrecortadas
casi inaudible.
No quería que nadie supiera
lo que estaba convocando
en esa herida.

Sólido

Se construye en el tiempo
una línea con su temporalidad propia
hecha del más suave cariño
que ayuda a mantener las cosas juntas.

⋆ Apuntes ⋆

“El verso es libre, pero hasta la libertad tiene un propósito.”
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“Termina algo. Comienza otra cosa. Termina lo comenzado.
Vuelve a empezar.”
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ómo te vas a despertar y desesperar
cuando veas que
las cosas también pierden
ese gusto que las hacía especiales.
Igual no quiero terminar
este llamado sin decirte
que no hay que dejar de intentar
pero hay que entender
hay momentos en los que
no hay que intentar
nada.

En el barrido de esa mirada
con detalle al interior
y a cada parte
en el departamento
mis cosas, yo una de ellas,
parece que se mantienen
por casualidad.

Ahora los algoritmos traen
imágenes compuestas como cadáveres exquisitos.