Recogiendo, después de Epicteto, el conócete a ti mismo socrático, lo transforma y profundiza. Lo que para el sabio antiguo era sobre todo un consejo de sentido moral, la Iglesia lo convierte en un juicio metafísico. Conócete, dice, es decir, conoce tu nobleza y tu dignidad, comprende la grandeza de tu ser y de tu vocación, de esta vocación que constituye tu ser.