Emily Nagoski

Pero el himen no se rompe y permanece roto para siempre, como una especie de sello de frescura. Si un himen se rompe o se magulla, se cura. Y el tamaño de un himen no varía según se haya penetrado la vagina.5Además, por lo general no sangra. Cualquier sangre con la primera penetración es más probable que se deba a un desgarro vaginal general por falta de lubricación que a un daño en el himen.

Esta historia no tiene nada que ver con la biología y todo que ver con el control de las mujeres.

Una idea tan extraña podría haber sido inventada solo en una sociedad donde las mujeres eran literalmente una propiedad, sus vaginas eran su propiedad más valiosa: una comunidad cerrada.

“Lo que necesito es escuchar que está bien sentirme triste porque mi cuerpo nunca será lo que solía ser. Me esforcé mucho en aprender a amar ese cuerpo, y ahora tengo que empezar de nuevo a aprender a amar este”.

Este modelo de cuatro fases de la respuesta sexual

modelo “trifásico” del ciclo de respuesta sexual

comienza con el deseo, que ella conceptualizó como “interés en” o “apetito por” el sexo, al igual que el hambre o la sed. La segunda fase es la excitación, que combina excitación y meseta en una sola fase, y la tercera fase es el orgasmo.

como el emparejamiento de su sistema nervioso simpático ("acelerador") y su sistema nervioso parasimpático ("freno").

Sistema de Excitación Sexual (SES). Este es el acelerador de tu respuesta sexual. Recibe información sobre estímulos sexualmente relevantes en el entorno (cosas que ves, escuchas, hueles, tocas, saboreas o imaginas) y envía señales desde el cerebro a los genitales para decirles: "¡Enciéndete!"

Sistema de Inhibición Sexual (SIS). Este es tu freno sexual. “Inhibición” aquí no significa “timidez”, sino señales neurológicas de “apagado”.