Fede Popgold

Bueno, les quiero traer un poco de tranquilidad. No soy gurú de nada, pero si hay algo que sé es que estar pelotudeando en tu casa no es estar perdiendo el tiempo. Nadie puede vivir según el estándar de las frases inspiracionales de Instagram. Es inalcanzable. Sirven para castigarnos, aunque su excusa es la de inspirarnos. Peligrosísimo.

carrera puntual, que abandonarlo para “perseguir mis sueños” no era el camino más recomendable. Nadie, ni la persona que más me quería, podía asegurarme que renunciar a mi trabajo para convertirme en youtuber era la decisión apropiada. Abandonar algo cuando uno está tan establecido a menudo es visto como un error, como si significara haber perdido todo el tiempo anterior. Pero he aquí una verdad que tardé en descubrir: nunca se está perdiendo el tiempo.

Para mí la amistad más que un tipo de vínculo es una forma de sentir. Creo en la amistad como algo transversal a cualquier relación que pueda unirme con otro individuo. Creo en la amistad con tu pareja. Creo en la amistad con un compañero de trabajo. Creo en la amistad con tus hermanos, tus papás, tus primos.

“Amigos son los que están en las malas”

Los que pueden acompañarte cuando te va bien sin una mirada de envidia. Los que te saben impulsar sin irradiar pensamientos pasivo agresivos. Los que sonríen al verte cumplir tus sueños.

En mi propia experiencia, he perdido más amigos cuando me fue bien que cuando me fue mal. Más gente se alejó de mí en el éxito que en el fracaso. Porque cuando se te muere el perro, todos saben que tienen que acompañarte. Pero cuando conseguís el trabajo soñado, (
4
) corrés un riesgo enorme: despertar la inseguridad del que tenés al lado.

Y es que muchas veces tus logros pueden funcionar como un molesto recordatorio para el de al lado de que

todavía no lo consiguió. Y muy pocas personas saben gestionar esa emoción.

Y definitivamente, si hay alguien de quien no vas a poder ser amigo jamás, es de una persona a la que le despertás inseguridades.

las amistades que hacés de chico tienen implícita una carga de responsabilidad y demanda que sólo está amparada en la antigüedad del vínculo. Y las amistades que hacés de grande tienden a ser más frescas, te rompés menos las pelotas con el otro; elegís mejor.