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Grégoire Delacourt

  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Hasta el momento, mis amaneceres habían sido los pequeños guijarros de una vida bien ordenada, de una vieja promesa, la de seguir los caminos trazados por otros que creían en las trayectorias perfectas o, en su defecto, en las mentiras piadosas. Mis próximos amaneceres se anunciaban ventosos.
    Y uno de ellos, devastador.
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Mi marido no me había atado ni encerrado y, sin embargo, yo estaba a punto de huir
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Amaba a nuestras dos hijas y a nuestro hijo, sobre todo la idea de que podría matar por ellos, arrancarle con los dientes la carne a un animal vivo si se estuvieran muriendo de hambre, enfrentarme a las tinieblas con tal de que dejasen de tener miedo.
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Recuerdo una boda a la que nos invitaron, en Berru, cerca de Reims. Durante la cena, la novia se enamoró de la pareja de una de las damas de honor. Desaparecieron en la noche, montados en una moto. Jamás se los volvió a ver.
    Aquella fuga me turbó, y durante mucho tiempo me hizo soñar
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Te propulsan a la alegría, a un deseo nuevo y devastador. Captan esas miradas tan elocuentes sobre el inmenso apetito de las mujeres, sobre la urgencia de los cuerpos. Exponen las manos que encienden un cigarrillo con una sensualidad turbadora, casi con desesperación; las pieles que se rozan, eléctricas, voraces, jamás saciadas, los brazos que se abren, los cuerpos que se lanzan, se sumergen y salen de nuevo a la superficie, dichosos, a veces agotados.
    Rozan los labios aplastados por el carmín, por las mordeduras, las sonrisas, las carcajadas fuertes como hombros masculinos, toda esa vida chillona y virtuosa, con el ruido de los cubiertos impactando en la porcelana de los platos, las jarras de vino de vidrio barato golpeando la mesa
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Me siento mal.
    Me siento afectada. Todavía hoy, cuando todo ha quedado atrás y mi cuerpo y mi alma se han inflamado desde entonces para no volver a apagarse jamás, el recuerdo de aquel irreprimible arrebato de deseo sigue siendo la cosa más desgarradora de mi vida.
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Yo no quería un amante. Ansiaba un vértigo
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    De repente hubo algo felino entre nosotros. Algo elástico, fluido.
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Se acabó el plato sonriendo. Dio unos sorbos a la copa de vino, luego pidió un expreso cargado, sin dejar de sonreír; dijo espresso, como un italiano. Y su sonrisa fue su primera palabra, y entonces me sentí una mujer deseada.
    Trastocada
  • Pony Neónhas quoted9 months ago
    Ya en la calle, caminé como una borracha, dividida entre las ganas de correr, de huir, las ganas de tender los brazos para que me salvaran, me arrancasen del naufragio anunciado, y las de reír y bailar. Sin embargo, fueron las lágrimas las que brotaron, y por primera vez tuve miedo y frío, como cuando caminas por una cresta estrecha y sabes que, ocurra lo que ocurra, vas a caer.
    Que se acabó.
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