En el marco de la puerta, Kenji alza las cejas; se oye un clic suave y abre los ojos de par en par; el sonido ahogado de un movimiento y, de pronto, el cañón de un arma presiona la parte posterior de su cabeza. Kenji me mira, sus labios no emiten sonido mientras pronuncia la palabra psicópata una y otra vez.