Jane Lazarre

  • shinla00has quoted2 years ago
    Desde que había dado a luz, poco a poco me fui resignando a vivir en una confusión permanente. Pese a mi temperamento, pese a una infancia rica en figuras que representaban la independencia femenina, encabezada por mi madre, mis tías, las amigas de mi madre, que conservaban sus apellidos de solteras, sus profesiones y su orgullo infinito, lo que realmente me sorprendía era haber caído víctima de los convencionalismos de la maternidad. Al fin y al cabo, ¿tanto poder tienen las convenciones?
  • Clyo Mendozahas quoted7 months ago
    Cada año, antes del cumpleaños de mi hijo, siento unas ligeras contracciones y un hormigueo en mis pechos
  • Zahiehas quoted5 months ago
    PREFACIO DE LA AUTORA
    Tanto en el ámbito de la literatura como en el de la sociología, hay muy pocos libros sobre maternidad escritos por las propias madres. Al contrario, la mayor parte de los que conocemos sobre el tema son descripciones de las madres desde la perspectiva de los niños, niños ya mayores, que hoy son psicólogos, antropólogos o escritores, en un sentido existencial y en relación con las personas que describen, pero niños no obstante. Por ello, como suele ocurrir en el ámbito del «conocimiento científico», los deseos inconscientes y las necesidades se entrelazan irremediablemente con lo que aparenta ser una exposición puramente analítica. Siempre que las mujeres profesionales, entre las que se incluyen las madres, han tratado de contribuir al conocimiento de esta experiencia tan compleja, en el terreno del psicoanálisis por ejemplo, se han visto excesivamente influencia
  • Zahiehas quoted5 months ago
    Muchos de mis amigos me convencieron de que tendría un parto suave. Yo era una mujer muy maternal, una verdadera Madre Tierra, estaba en mi naturaleza tener hijos, me decían todos ellos, y yo les creía. No nos quitábamos de la cabeza la mentira despiadada de que si una mujer es realmente una mujer, sabe dar a luz con gracia; si es básicamente femenina, se las ingenia como puede para ser una buena madre. Incluso después de los nueve meses de
  • Zahiehas quoted5 months ago
    peranza que había reservado antaño para mi análisis de orina. Pero, esta vez, el supuesto receptor de todas mis pasiones apenas recordó mi nombre.
    Pese a todo, seguí imaginando en secreto que el doctor se dedicaba exclusivamente a mí. Cuando demostraba mi fuerza y mi destreza física en la sala de dilatación, manejando las contracciones como una jabata, simulando la facilidad con la que iba a parir, lo imaginaba contemplándome con admiración. Me vi obligada a vincularme a él de alguna manera.
    Muchos de mis amigos me convencieron de que tendría un parto suave. Yo era una mujer muy maternal, una verdadera Madre Tierra, estaba en mi naturaleza tener hijos, me decían todos ellos, y yo les creía. No nos quitábamos de la cabeza la mentira despiadada de que si una mujer es realmente una mujer, sabe dar a luz con gracia; si es básicamente femenina, se las ingenia como puede para ser una buena madre. Incluso después de los nueve meses de embarazo que revelaron que el mito no era cierto o que yo era un fracaso descomunal, seguí creyéndome esa mentira
  • Zahiehas quoted5 months ago
    Qué más me daba, pensaba yo cuando ella me confesaba que lloraba por las noches de puro cansancio. Yo la quería para mí y, como esto era imposible, cuando la veía meciendo a mi hijo mientras recorría el salón de
  • Zahiehas quoted5 months ago
    Odiaba a Marie y al mismo James por dedicar toda su atención al puñetero niño, cuando en realidad era yo quien necesitaba abrazos, achuchones y cariño. Entonces llegó la hora de amamantarlo y, considerando que no me había alejado ni un metro de la casa desde que había llegado del hospital, me largué de un portazo
  • Zahiehas quoted5 months ago
    Pensé que nunca debería haber tenido un hijo. Si al menos alguien me hubiera dicho en qué consistía, me lo habría ahorrado y ahora estaría a salvo. ¿De dónde había salido ese ser sin igual de una fuerza titánica, que bramaba incomprensiblemente y sorbía de mi pecho hasta consumirme? ¿Quién era él en realidad y con qué autoridad se había ganado el derecho a dominar mi vida? Yo nunca podría ser una buena madre. ¿Acaso no era yo misma, con mi ansiedad traicionera, la que había creado un niño propenso a los cólicos? «Los expertos tenían razón», pensé. Todos los bebés nacen siendo criaturas plácidas y felices. Normalmente es la madre la que lo hace mal, trata de reprimir su injusto resentimiento y coge al bebé o con excesiva tensión o demasiada la
  • Zahiehas quoted5 months ago
    laxitud; o bien lo coge constantemente o no lo coge casi nunca; o bien lo deja llorar o lo arranca de la cuna antes de que empiece a llorar; o bien lo sobrealimenta o lo deja con hambre; o bien lo asfixia de tanto amor o lo abandona con frecuencia. En definitiva, la mala madre es la única culpable
  • Zahiehas quoted5 months ago
    Varias semanas después de aquella llamada, cuando oí decir que por fin se formaría el grupo de liberación de la mujer, fui corriendo a la primera reunión. «Por fin —pensé— podré convertir mis valores políticos en una acción más concreta
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)