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Abraham Gragera López

  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    De ahí esta voluntad de creer, esta necesidad de credulidad obligatoria que se apodera del público y de los compañeros de equipo del mago que esperan que el milagro se realice una vez más y la pelota se encamine hacia el gol
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    Son de la misma naturaleza impulsiva, incluso si, por supuesto, los niveles de violencia y los contenidos ideológicos difieren. Todos tienden en efecto a “eliminar”, “purificar”, “dominar”, “dar un correctivo”, “aplastar” al otro –sometido al ostracismo, apartado, odiado, demonizado–
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    Estos ejemplos, entre otros miles, contradicen radicalmente la visión idílica de los ideólogos postmodernos, los cuales imaginan ingenuamente que el fútbol es un medio de integración ciudadana, de pacificación de las tensiones o de domesticación de la violencia. Lejos de contribuir a la concordia civil, el fútbol es, por el contrario, uno de los vectores privilegiados de la peste emocional, e incluso su coartada “cultural” por excelencia.
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    el fútbol es, en esencia, necrófilo porque está literalmente vampirizado22 por esta pasión de la dominación, esta compulsión mortífera de la destrucción que consiste en “aplastar”, “humillar”, “atomizar” al adversario.
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    La peste emocional en el fútbol reviste hoy en día cada vez más la forma de una epidemia, abierta o insidiosa, de violencia odiosa, de xenofobia, de racismo y de antisemitismo. Al contrario de las ilusiones “humanistas” de los ideólogos del “fútbol-progreso”, del “fútbol-popular”, del “fútbol para todos”, del “fútbol-ciudadanía”, etc., que recitan como sonámbulos el credo del “ideal deportivo” (integración, fraternidad, fair-play, amistad, paz), los estadios se han convertido en fortalezas de odios racistas, altavoces de crispaciones identitarias, cajas de resonancia de violencias destructivas, con sus actitudes de rechazo, de discriminación, de servidumbre, de heterofobia25 y, para terminar, sus llamamientos a la agresión, al asesinato y al pogromo26.
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    ¿Por qué las pretendidas “fiestas” del balón necesitan la presencia cada vez más acusada de fuerzas del orden? ¿El recinto policial del espacio deportivo y perideportivo es un simple detalle en el escenario idílico del “fair-play”, del “respeto al adversario”, de “la efervescencia lúdica” y otras sandeces inventadas por los ideólogos de la “paz de los estadios”?

    ¿Por qué la pretendida “cultura popular del fútbol” tiene tantas afinidades electivas con la violencia verbal y física? ¿Cómo explicar que los “sentimientos y pasiones populares” celebrados con un conmovido candor por Jean-Claude Michéa28 sean estimulados, fomentados y valorados en el fútbol por el enfrentamiento físico, la riña, la pelea, la pelotera? ¿Debemos de concluir que las “monstruosas derivas del fútbol contemporáneo” (ibid., pág. 19) hubieran pervertido “este deporte popular por excelencia” (ibid., pág. 14) y privado al buen pueblo de una sana diversión originalmente auténtica y pura antes de haber sido pervertido por el capitalismo?
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    Esta pretendida “cultura popular”30 es, de hecho, una siniestra farsa populista donde rayan mistificación, alienación, regresión y manipulación, de un lado, y despolitización, cretinización, frustración y agresión, del otro
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    El fútbol es, en efecto, uno de los dispositivos más potentes y de los más universales de la lógica del beneficio. El mercantilismo y la monetarización han convertido al fútbol en una inmensa tragaperras con sus padrinos, sus intermediarios, sus patrocinadores, sus operaciones financieras dudosas.
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    El “juego” en el césped no es más que el pretexto visible para otros juegos, mucho más serios, que estimulan entre bastidores todas las operaciones efectivas de la corporación –de “la honorable sociedad”– fú
  • Mariana Nomáshas quoted10 months ago
    La economía política del fútbol es, por tanto, de un extremo a otro una economía capitalista –aunque le disguste a sus turiferarios de “izquierdas”–, porque la lógica del beneficio ha hecho de ella una empresa como cualquier otra, con sus empleados, sus accionistas, sus asalariados, sus informes de explotación, sus estrategias financieras, sus conflictos de intereses, sus despidos, sus liquidaciones y su paro.
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