Hay algunos estudios que muestran que algunos rasgos de la personalidad están muy marcados por los gustos musicales. De hecho, existen investigaciones que han determinan que las personas a las que nos gusta el Jazz somos más empáticos, tolerantes, felices, creativos, versátiles y curiosos, a los amantes del blues les va mucho mejor, su personalidad se corresponde con características muy positivas, como la alta autoestima, la creatividad, la extroversión, la docilidad y la relajación.
Esto te lo cuento, por que estás a punto de leer un libro que lleva muy enraizado el jazz y el blues, dos caras ¿de la misma moneda? Aún no lo sé con certeza, lo que sí sé es que "El blues del detective inmortal" es el primer título de la serie Asesinatos en clave de jazz, y si te gusta este género, te gustará esta novela; el mundo del jazz de la mano de uno de los máximos exponentes de la novela negra en España es, sencillamente, increíble.
Empieza con un duelo de jazz dónde eligen tocar "On the sunny Side of the Street" con Jordi Cerdaña rascando las seis tripas, Pepín Orango en el tololoche, Ovidi Aliaga en su tabla de lavar y Óscar Bruch al saxofón, este último será el que le dé un nuevo sentido a esta banda de jazz llamada "El signo de los cuatro" ¿Te suena?, pues si, en un misterio digno de Sherlock Holmes, en vez de violín, usan el piano y el sax para desvelar un misterio lleno de deudas, intriga, traición y mentiras.
Qué libro tan increíble para descubrir que los detectives y el jazz si pueden llevarse bien, que lujo recorrer las calles de Barcelona con Jordi, Pepín, Ovidi y Óscar, para terminar "Todos contagiados de la misma fiebre, fiebre por la mañana y fiebre en el calor de la noche.
La música, es lo que tiene.
Es el color de la vida.
Y compadezco a aquellos que prefieren vivir en blanco y negro."
Hay algunos estudios que muestran que algunos rasgos de la personalidad están muy marcados por los gustos musicales. De hecho, existen investigaciones que han determinan que las personas a las que nos gusta el Jazz somos más empáticos, tolerantes, felices, creativos, versátiles y curiosos, a los amantes del blues les va mucho mejor, su personalidad se corresponde con características muy positivas, como la alta autoestima, la creatividad, la extroversión, la docilidad y la relajación.
Esto te lo cuento, por que estás a punto de leer un libro que lleva muy enraizado el jazz y el blues, dos caras ¿de la misma moneda? Aún no lo sé con certeza, lo que sí sé es que "El blues del detective inmortal" es el primer título de la serie Asesinatos en clave de jazz, y si te gusta este género, te gustará esta novela; el mundo del jazz de la mano de uno de los máximos exponentes de la novela negra en España es, sencillamente, increíble.
Empieza con un duelo de jazz dónde eligen tocar "On the sunny Side of the Street" con Jordi Cerdaña rascando las seis tripas, Pepín Orango en el tololoche, Ovidi Aliaga en su tabla de lavar y Óscar Bruch al saxofón, este último será el que le dé un nuevo sentido a esta banda de jazz llamada "El signo de los cuatro" ¿Te suena?, pues si, en un misterio digno de Sherlock Holmes, en vez de violín, usan el piano y el sax para desvelar un misterio lleno de deudas, intriga, traición y mentiras.
Qué libro tan increíble para descubrir que los detectives y el jazz si pueden llevarse bien, que lujo recorrer las calles de Barcelona con Jordi, Pepín, Ovidi y Óscar, para terminar "Todos contagiados de la misma fiebre, fiebre por la mañana y fiebre en el calor de la noche.
La música, es lo que tiene.
Es el color de la vida.
Y compadezco a aquellos que prefieren vivir en blanco y negro."
"La introducción de batería que empieza por sorpresa y al galope, con un ansia que asusta (...) a la batería de sus pasos marciales se suma el percutir sordo del contrabajo, igualmente apresurado (...) La batería disminuye la intensidad (...) pero no aligera el ritmo (...) Unos dedos inquietos arañan las cuerdas de la guitarra y desparraman notas alrededor, como un diluvio chispeante y punzante que hace vibrar los cristales de los balcones y ventanas y escaparates (...) el piano se une al alboroto, anunciando el desenlace agudo como un grito de alerta, desesperado e inútil (...) y ahora el saxo entra impetuosamente rasgando el sonido para agregarse a la precipitación vesánica de batería, contrabajo, piano y guitarra en un Magníficat de tiros, sangre y muerte."
Así, de manera trepidante y armónica es como empieza esta segunda entrega de crímenes y jazz, un “Giant Steps” de John Coltrane bestial, en dónde regresa el intuitivo y virtuoso saxofonista: Óscar Bruch, saxo en un grupo de jazz de la Barcelona contemporánea que lleva el nombre de un libro: El signo de los cuatro.
"—Lástima que en esta banda solo admitimos a músicos con nombre que empiece por O. Yo soy María de la O, este es Óscar, este es Ovidi, este es Pepín Orango… —se volvió hacia Jordi Cerdaña—. Y ese es el Oscuro, siempre le llamamos el Oscuro."
Óscar y su grupo se trasladan a Gijón para tocar en el festival literario Semana Negra dónde se dan cita personajes como Paco Ignacio Taibo y Paco Camarasa, es más, hasta aparece Paula Pulido, la verdadera Petra Delicado. La mesa está servida, los elementos en orden, la identidad de Óscar se verá confundida con la de un asesino y emprenderá el tan aclamado viaje a Ítaca que todos debemos emprender ¿Será?.
"(...) aquí tenemos la guitarra de JC, y el constante contrabajo de Pepín, y la contundente batería de Ovidi, y el piano magistral y la voz perezosa y sensual de O, y mi saxo que se esfuerza en darles el contrapunto y la razón (...)"