tres niveles de educación. El más primario sería la mera transferencia de información para ser memorizada. El segundo, el «deuteroaprendizaje», tendría por objetivo el dominio de un «marco cognitivo», en el que la información adquirida o hallada puede, en el futuro, ser abstraída e incorporada. Pero también existiría un tercer nivel, que consistiría en enseñar unas aptitudes que permitieran desmembrar y volver a organizar el marco cognitivo predominante, o bien desecharlo por completo sin sustituirlo por un elemento de reemplazo. Bateson pensaba que este tercer nivel era patológico; de hecho, lo veía como un fenómeno contraeducacional