Velia Vidal

pero parte del impulso para cambiar tan radicalmente de vida fue que necesitaba sentir que mi existencia tenía sentido, que estaba dedicando cada día a algo que valiera la pena para mí y que al final de la vida me hiciera sentir orgullosa. Justo eso es lo que he encontrado en esto de ser la seño Velia, la que se encuentra con otros alrededor de los libros, la que intenta motivar a los niños a que amen la lectura y los libros tanto como ella, la que acompaña a los maestros

En última instancia todo depende de las palabras: palabras, el elixir de la vida. Debe ser por eso que mi descanso se constituye en tener tiempo para estar aquí escribiendo palabras, en encontrarme con palabras pendientes de leer, y la dicha es que, cuando trabajo, estoy jugando a las palabras con los niños, pensando qué más hacer para que otros se enamoren de las palabras

Han sido meses de pocas dualidades. Así que esta es bienvenida. Finalmente gana el amor, como debe ser siempre.

Ya casi cumplo un año de haberme venido para acá. Ya casi nos vemos, por fin viajo a tu ciudad y podremos desayunar juntos. Es bello contar los días sin hastío. Los que han pasado y los que están por venir.

¿Cuál es tu objetivo? ¿Ocupar también el poco espacio de mi corazón que aún no era tuyo?

Este es el lugar del universo donde pueden juntarse en una misma página todo lo que amo, todo lo que llena el alma, todo lo que me hace feliz; esto es, ya sabes, todo lo que me da calma.

Quizá suena arriesgado esto de decir que nos queremos, lo que pasa es que a estas alturas ya no le tengo miedo a esos riesgos que se traducen solamente en felicidad

necesitan razones fuertes para permanecer en este modo de vivir que no es precisamente una pelea con el mundo, sino la certeza de tener tu propio rumbo.

Ahora sé que mi razón es el amor intenso. No concibo otra forma sino amar desmedidamente esto que he ido haciendo de mí. Me salva la pasión intensa por mi forma de leer el universo y por este lugar en el mundo que me he creado

Amo intensamente mi libertad, amo intensamente a la gente que amo, me sostiene en mis ideas el profundo amor que siento por ellas y por la forma en la que las he construido. Amar así me permite resistir aquí. Amar así es lo que me da las fuerzas para vivir como las mareas, bajando a veces, pero regresando con fuerzas. Arrojándome sin certezas, solo con la tranquilidad y la ilusión que da el amor.