Carmen Montes Cano

  • Almudena Anéshas quoted14 days ago
    Antes de que se enfriara: un corazón palpitante de conejo.
  • elloboyelgrishas quotedlast year
    –¿Crees que tu madre irá de blanco? –preguntó Erica, y se volvió hacia Patrik en la cama.
  • 미리암has quotedlast year
    ¿Cuántas veces las engañarían? ¿Cuántas verían sus sueños frustrados? Delante de ellas se extendía un largo collar de maldades que los hombres les harían sufrir. La experiencia de sentirse apartado, de que te juzguen por el aspecto físico, la ambición de encajar, de agradar: eso era lo que unía a las mujeres de todas las edades, de todos los países y de todos los tiempos.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 months ago
    Yo deseaba de verdad que algo me ganara la batalla, pero eso no sucedió, la voluntad de vivir seguía latiendo dentro de mí como un reloj de eternidad aterrador. Y así es como al final uno empieza a esperar a un cazador.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 months ago
    Tal vez él también buscara un milagro, una liberación, algún tipo de gracia. Necesitaba a alguien como yo, había estado buscando a una chica que ya no sintiera miedo, que no temiera nada en el mundo más que el amor, más que la salvación. «Pobre criatura», volvió a decir. No creo que en ese momento tuviera la menor intención de hacerme daño, pero cuando me volví a mirar por la ventanilla no había asfalto, no había arcén, no había señales, solo la autovía que se agrietaba detrás de nosotros y se hundía en aberturas gigantescas en el suelo, como si nunca hubiera habido allí ninguna carretera por la que hubiéramos llegado en coche.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 months ago
    Este era el lugar en que iba a morir, este era el ventanal hacia la eternidad, el agujero por el que caería para salir del mundo. Estaba deseando oír el ruido de la tapa del ataúd sobre mí y que todo quedara por fin en silencio. Ni pájaros ni cielo ni luz ni salida alguna.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted3 months ago
    —Pero nunca jamás tuve miedo estando contigo, Shane.
    Guarda silencio un instante, antes de que la voz vuelva a mí:
    —Pues yo siempre tenía miedo cuando estaba contigo. ¿No lo entiendes?
    —Siempre voy a tener miedo de mí mismo cuando esté cerca de ti —dijo Shane
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 months ago
    En lugar de responder a su pregunta, la miró como si fuera idiota. Y desde luego que lo era, no cabía sino estar de acuerdo. Se convirtió en algo así como una prisionera de ese miedo. Llevaba años arreglándoselas sin él y ahora se había dejado aprisionar de nuevo. Si él desaparecía, ella se tiraría por la ventana
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 months ago
    Se había abierto una grieta imposible de cerrar de nuevo, y a través de esa grieta no entraba nada de luz, solo una oscuridad absoluta.
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 months ago
    Muerta o viva, no importaba. Ya estaba muerta, llevaba muerta mucho tiempo, como un cortejo fúnebre deambulábamos por Estocolmo mis amigos y yo.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)