Íñigo Jáuregui Eguía

—Qué valientes somos los mexicanos —dijo irónicamente—. ¡Matarnos así los unos a los otros!

¡No vamos a cruzar la frontera! ¡Vamos a levantarla y llevarla hasta el canal de Panamá!

Dicen que hay pocos judíos en México porque no resisten la competencia de los árabes.

¡Y nadie podía creer que esa ley había sido revocada en México en el año 1857!

—No se confunda, esta revolución es una lucha de los pobres contra los ricos. Yo era muy pobre antes de la Revolución y ahora soy muy rico.

—No se confunda, esta revolución es una lucha de los pobres contra los ricos. Yo era muy pobre antes de la Revolución y ahora soy muy rico.

—No se confunda, esta revolución es una lucha de los pobres contra los ricos. Yo era muy pobre antes de la Revolución y ahora soy muy rico.

—No se confunda, esta revolución es una lucha de los pobres contra los ricos. Yo era muy pobre antes de la Revolución y ahora soy muy rico.

—No se confunda, esta revolución es una lucha de los pobres contra los ricos. Yo era muy pobre antes de la Revolución y ahora soy muy rico.

Es imposible imaginar lo cerca de la naturaleza que viven los peones de estas grandes haciendas.