Jacqueline Carter

«Un buen líder debe saber qué es una buena vida y cómo ayudar a su gente a encontrarla. El trabajo de un líder no es pagar un sueldo y dar unos beneficios; es ayudar a la gente a ser feliz de verdad y a encontrar el sentido de su vida y de su trabajo. El líder que lo consigue es el que es capaz de entregar verdaderos resultados».

Ahora mismo puedes saber cuál es tu capacidad de atención: deja de leer, cierra los ojos un momento, luego ábrelos y mira al frente durante un segundo. Ahora, vuelve a cerrar los ojos. ¿Cuántos detalles puedes recordar de lo que has visto en ese segundo?

el liderazgo cobra más que nunca un valor trascendental: cómo llevar al equipo a centrarse en lo que realmente es más importante, en vez de perderse en lo urgente.

se muestra abierto a los diferentes puntos de vista.

a compasión no es algo blando o sentimental. Es concreto y práctico.

mo seres humanos, nos regimos por las necesidades básicas de dar sentido a la vida, ser felices, relacionarnos con los demás y aportar algo positivo a la sociedad.

El mindfulness mejora la atención e impulsa el control; nos da la fuerza mental necesaria para observar, reflexionar y hacer las cosas importantes, en lugar de ocuparnos en un montón de cosas22.

En realidad, las organizaciones deberían centrarse en su gente. Para ello, deberían crear una cultura organizacional que colmara las motivaciones humanas, como la conectividad, el sentido del propósito y la felicidad. El cuidado de la gente, como estrategia empresarial, es una forma efectiva de mejorar el rendimiento colectivo.

La generosidad con seguridad
Un aspecto que preocupa a muchos líderes es que la generosidad los vuelva manipulables. En absoluto. Para ser exitosos, la generosidad de los líderes tiene que ir acompañada de una fuerte seguridad en sí mismos. A esta combinación nosotros la denominamos generosidad con seguridad. La generosidad con seguridad permite que te mantengas firme en tus ideas, pero sin que el ego o el orgullo tomen parte de ello.

Según la American National Sleep Foundation, los adultos de entre 16 y 64 años deben dormir entre siete y nueve horas cada noche1. Si no lo hacen, pagan las consecuencias. Los estudios científicos demuestran de forma concluyente que la falta de horas de sueño es la causa subyacente de muchas enfermedades mentales y físicas2. Es más, el sueño ligero perjudica el razonamiento lógico, la función ejecutiva, la atención y el estado de ánimo3. Y lo peor es que la falta severa de sueño puede desembocar en depresión, ansiedad o síntomas de paranoia4. Además, a largo plazo, la falta de sueño es un factor de riesgo para la demencia o el Alzheimer5. Y ahora lo más sorprendente: mientras que los humanos podemos sobrevivir varias semanas sin comer y hasta una semana sin beber, únicamente podemos estar unos pocos días sin dormir6.