Ana Clavel

  • A- Ortegahas quoted2 years ago
    Para qué me quería ahí temprano, ése era el misterio.
  • A- Ortegahas quoted2 years ago
    Los padres tienen en un pozo el corazón, y no saben qué tan hondo y oscuro es hasta que avientan en él a sus hijos.
  • A- Ortegahas quoted2 years ago
    Las cosas ocurren tan rápido en la infancia que un amor puede vivir todas sus etapas, desde el titubeante abrirse de la semilla hasta el cataclismo del abandono, en apenas unas semanas, unos cuantos días o una tarde. Los adultos no sabemos nada del amor porque lo olvidamos.
  • A- Ortegahas quoted2 years ago
    No existiré de ninguna manera: no tendrás la tentación de repetirme o evitarme. Eso es libertad. Te la doy. Nada más. Nada menos
  • Mlnxehas quoted2 years ago
    Nadie lo quería cerca, aunque él creía que era él quien no quería a nadie cerca.
  • Liliana Lanz Vhas quoted2 years ago
    Hanna Arendt sostenía que muchos de los padres que se adhirieron a los regímenes totalitarios del siglo XX pensaban que estaban cumpliendo con su deber ante la sociedad.
  • Sugey Navarrohas quoted10 months ago
    Luego de cuatro décadas de vida y quince años seguidos de terapia, reconocía por fin la inutilidad de cuestionar la lógica individual de otra persona, en particular si esa otra persona es tu madre.
  • Sugey Navarrohas quoted10 months ago
    Apenas reconocía la ciudad. Había edificios nuevos, unas calles me parecieron más amplias y el tráfico mayor y menos manejable a como lo recordaba. El cielo sin nubes me resultó monótono y el calor extenuante. Como por inercia me toque la cicatriz del brazo. Me corría del codo hasta la muñeca. Una cicatriz larga como un surco de donde nada se cosecharía o quizá ya se había cosechado.
  • Sugey Navarrohas quoted10 months ago
    Si pudiera acordarse de cuánto tiempo tenía de muerta su señora. Era el mismo tiempo que llevaba en la calle de planta, como le gustaba decir. ¿Cuántos años tenía ya el niño? Ah, ¡el tiempo! Le sorprendía cómo era lo primero que se perdía, incluso antes que el pudor, que cualquier otra cosa. Era una especie de refugio o de tregua; el pasado sólo existía cuando se le ponía enfrente, como en esas ocasiones en que el niño lo recogía en la banca del parque o en la escalera del metro y lo llevaba al departamento para que se diera un baño, se cambiara de ropa y, quizás, esta vez, se quedara. Qué cambiado estaba el niño en cada ocasión. Estaba envejeciendo, igual que él.
  • Diane Nosprakahas quotedlast year
    Mi tío me trajo de regalo un lugar sagrado, un espacio portátil en el que sólo cabía una persona. Me dijo que desde él se podía hablar con Dios.
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