Entonces la niña, sin darse cuenta de lo que hacía, tiró de la cestita hasta la ventana que estaba abierta, y el globo se elevó con don Diego y su música hasta perderse en las nubes…
María Mercedes dejó de verlo mucho antes, porque tenía los ojos llenos de lágrimas… Don Pituso se ha ido a una estrella y no ha vuelto más… Ahora la casita está vacía otra vez, y como no cabe ninguna muñeca, solo sirve para mirarla…