Para todos los que leyeron el primer (y horrible) borrador de esta historia y no se rieron de mí cuando, a mis doce años, dije: “Algún día voy a publicar esto”.
METAS (algún día seré yo), por mientras aquí me tienen leyendo harto rato
anarosabarronhas quoted10 months ago
—Duele demasiado —responde Mather. Así de simple.
Eso me hace detener. Lo miro a los ojos, largamente y con cautela.
—Algún día dejará de doler.
La promesa que siempre nos hacemos los refugiados, antes de salir de misión, siempre que alguien regresa ensangrentado y dolorido, siempre que las cosas salen mal y nos acurrucamos con terror. Vamos a estar mejor... algún día.
anarosabarronhas quoted10 months ago
Siempre habrá un “ellos” en tu nueva vida, Meira. Ellos toman las decisiones; ellos modelan tu futuro. El truco consiste en buscar la manera de seguir siendo tú a pesar de todo.
anarosabarronhas quoted10 months ago
—Yo nunca quise ser rey —dice Theron con voz baja y rápida, y me interrumpe con urgencia—. Quería quedarme sentado en mi biblioteca y escribir hasta que el sol cayera del cielo. Pero tú... esto... los inverneños, que todo tu reino desaparezca en un segundo... me hizo comprender lo que sentiría yo si alguna vez Cordell cayera de ese modo, si alguna vez yo perdiera algo que es a tal punto una parte de mí. Quiero ser alguien digno de mi reino. Quiero ser alguien digno de ti.
anarosabarronhas quoted10 months ago
Todos necesitamos esto. Necesitamos reparar algo, trabajarlo con las manos desnudas y sentir cómo la vida regresa a nuestras venas. Hacer algo verdadero, brillante y bueno.
anarosabarronhas quoted10 months ago
Río desde mi caballo y Theron me mira. La expresión de sus ojos pasa de la risa ligera a algo más profundo, algo que quedó de nuestro beso ávido en los corredores del palacio de Angra.
Coralinehas quoted7 months ago
libertad era una ilusión. Provocaba y prometía mucho, pero siempre se mantenía fuera del alcance.
Rubén Carrillo Ruizhas quoted3 days ago
Cambiar el signo de la mirada,
Yenyhas quotedlast year
Solo me alejé caminando por la cornisa y, cuando supe que no podía verme, corrí, como había corrido cada vez que la vida me pedía que creciese, que fuese fuerte.