Azar Nafisi

Como los hombres no podían hablar de nada real, se pusieron a charlar sobre los Oscar del año anterio

Parecía como si la política, además de la litera

tura, nos hubiera devorado eliminando todo lo personal y privado.

En la muerte, más que en la vida, a la gente le conferimos una categoría y un espacio mayor.

ban desilusionados por toda aquella estafa religiosa, como él la denominó. «Ahora sé cómo inventaron a los imanes y pro

etas hace mil cuatrocientos años —dijo—: exactamente igual que a este tipo. Así que nada de todo aquello era verdad.»

donde James habla de una famosa y muy comentada escena que vendría a ser la «esencia» de su nove

Se necesita valor para morir por una causa, pero también para vivir por ella.»

Había llegado de una guerra que era suya a una universidad que jamás lo había sido.

Nos necesitaban, necesitaban a los hombres y mujeres modernos para que les enseñáramos cuál era el camino, pero al mismo tiempo tenían que ponernos en nuestro sitio.