Ediciones UDP

Nadie, por lo demás, ni críticos, ni público, ni solicitantes, ni escritores, se han puesto jamás de acuerdo sobre qué novelistas y qué novelas pertenecen al boom. ¿Cuál es el santo y seña político y estético? ¿Cuáles son los premios, las editoriales, los agentes literarios, los críticos y las revistas aceptadas, y durante cuánto tiempo y bajo qué condiciones se extiende esa aceptación? ¿Cuáles son las insignias y emblemas, quién las reparte y en qué lugar del planeta –Buenos Aires, La Habana, Nueva York, París, Barcelona, México– se efectúa esa repartición? Nadie tiene claro el momento del nacimiento del boom, nadie está dispuesto a prohijarlo definiendo el modo en el que se tuvo conciencia de que existía, en el caso que se acepte que existe o existió.

parece que los cambios más significativos de la novela hispanoamericana de los últimos tiempos están ligados a un proceso de internacionalización.

me parece que los cambios más significativos de la novela hispanoamericana de los últimos tiempos están ligados a un proceso de internacionalización.

La calidad literaria, entonces, quedaba supeditada a un criterio mimético y regional

Nuestro rico idioma hispanoamericano, naturalmente barroco, proteico, exuberante –aceptado así en la poesía quizá porque ya se aceptaba que éste era un género destinado a una élite–, se encontró como planchado por los requerimientos de la novela utilitaria destinada a las masas que debían tomar conciencia, sin nada que se interpusiera para su entendimiento y utilización inmediatos. Quedaba desterrado lo fantástico, lo personal, los escritores raros, marginales, los que “abusaban” del idioma, de la forma

Ciro Alegría, Germán Arcíniegas, Miguel Ángel Asturias, Eduardo Mallea podrían representar con dignidad las cualidades de su continente, como los victorianos eminentes representaban las cualidades de la Inglaterra imperial, identificándose con los niveles más obvios de sus luchas.

imposible comprar novelas de escritores extranjeros en nuestro país, y al mismo tiempo era imposible exportar nuestros libros. Se decía que era todo para ahorrar divisas, pero había divisas de sobra para importar las revistas ilustradas de Walt Disney.

era imposible comprar novelas de escritores extranjeros en nuestro país, y al mismo tiempo era imposible exportar nuestros libros. Se decía que era todo para ahorrar divisas, pero había divisas de sobra para importar las revistas ilustradas de Walt Disney.

músico Juan Orrego Salas con la noticia de una gran novela que, según contó, había escrito un musicólogo y estaba teniendo mucha repercusión en el ámbito del Caribe: Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier.

Congreso de Intelectuales de Concepción en el año 1962