Y lo más bonito (o preocupante, según desde qué óptica lo veamos) es que esos recuerdos que hacen que cambiemos nuestra conducta para poder adaptarnos pueden ser verdaderos pero asimismo podrían ser falsos. Y también implantados, claro. La memoria se edita, una y otra vez, como si fuera una entrada de la Wikipedia, de modo que lo que hoy puedo leer en ella es solo la última versión, una vez modificada e incorporado el conocimiento más reciente. Estos engaños de la mente a veces nos ayudan a adaptarnos.