De hecho, nuestros estados de excepción han mutado de naturaleza. Lo que en un pasado era un estado con una temporalidad fijada y no indefinida –pongamos por caso, el estado de emergencia o un estado de pánico– es actualmente una condición. La condición tampoco puede confundirse con la norma. «Es la excepción que confirma la regla», dice el famoso refrán; «No es la excepción, sino la regla», afirma otro. Ambas expresiones describen una relación de familiaridad entre la norma y la excepción. Es más, así como es evidente que la ley es el límite fijado por cualquier marco normativo, la excepción viene también determinada por una acción normativa.