Porque las denominadas religiones sí necesitan creencias, y la única diferencia entre ellas es la de sus creencias respectivas. El musulmán, el hindú y el cristiano tienen cada uno sus creencias particulares, y son éstas las que los diferencian entre sí. El yoga, en cambio, no entraña creencia alguna ni exige, por tanto, creer en nada. Está basado en la experiencia, y lo único que exige es eso: experimentar, al igual que lo hace la ciencia. Por eso el experimento y la experiencia son lo mismo; varía solamente su dirección. El experimento es algo que se hace fuera de nosotros, y la experiencia, dentro; la experiencia es un experimento interior.