Luis E. Íñigo Fernández

  • Jimenahas quoted4 months ago
    posee un cerebro cuyo volumen medio es de mil trescientos cincuenta centímetros
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Había, desde luego, profundas diferencias que se pusieron pronto de manifiesto. Las naciones de América Latina parecían condenadas a aspirar sin éxito al desarrollo, oscilando sin cesar entre la oligarquía corrupta y el espejismo revolucionario. Mientras, los países productores de petróleo eran opulentos, pero corruptos y autoritarios. Las míseras naciones africanas, víctimas del tribalismo y la guerra civil endémica, agonizaban sin que a nadie pareciera importarle. Los «dragones asiáticos», impulsados por los cuantiosos capitales japoneses y por una arraigada moral social de austeridad y esfuerzo, levantaban con decisión el vuelo del desarrollo. Sólo los grandes estados, como China y la India, parecían llamados a contarse entre los gigantes del siglo XXI.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Para entonces, las fuerzas impersonales de la historia habían empezado por fin a jugar en favor de las mujeres. Porque, en contra de lo que pueda suponerse, no fueron la progresiva concienciación de los hombres que detentaban el poder ni la creciente movilización de las propias mujeres los factores decisivos en la conquista del sufragio femenino, sino el creciente peso que fueron adquiriendo aquellas en la nueva economía nacida de la segunda revolución industrial, y, sobre todo, el gran salto que supuso su incorporación masiva al mundo laboral en los países beligerantes en la Primera Guerra Mundial.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    Si había que exorcizar el fantasma de la revolución, estaba claro que la forma más inteligente de hacerlo era la reforma.
  • Benjamin Melgarejo Reichelthas quoted2 years ago
    En todo caso, más pronto o más tarde, esta isla en medio de la vastedad del océano cósmico que es nuestro planeta alcanzará sus límites. Y cuando ese instante llegue, sólo se encontrarán a nuestra disposición dos alternativas: reducir a un tiempo la población y el consumo de la humanidad o, si disponemos ya de la tecnología necesaria, cruzar el espacio, como antes lo hemos hecho con los mares de nuestro planeta, y buscar más allá de su oscuridad la luz que ilumine nuestro destino como especie.
  • Otokohas quotedlast year
    único antepasado común. Se trata del denominado Homo heidelbergensis
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