Constantino Bértolo

La literatura ha muerto y su cadáver reposa en ese cementerio que hoy llamamos industrias del ocio y el entretenimiento.

el sector que menos lee por entretenimiento de toda la población española es el comprendido entre los 14 y los 24 años

«es difícil que la lectura (y lo que supone el acto de leer) compita con toda la oferta de entretenimiento que tenemos a mano»

«Debe tomarse este desafío como una prioridad absoluta porque vivimos un momento crucial para trabajar en lo que podría convertirse en un crecimiento de lectores sin precedentes; y el objetivo final es impulsar un pacto social por el libro, de todo el sector y de todos los organismos implicados».

decir, los problemas económicos de la industria del libro son solo la punta del iceberg de una profunda crisis de lectores, de modelo educativo, social y de valores que demanda un pensamiento humanista desde las aulas y extensivo hasta los medios de comunicación. No hay crisis del libro: hay crisis de lectores

Es también imprescindible ahora mismo localizar los nuevos centros de interés de los jóvenes y adolescentes (sí, Netflix es también uno de sus nuevos centros de interés) para trazar una hoja de ruta que nos permita guiarles desde ahí hasta la lectura y al libro, y poder devolver el libro al centro de la vida ciudadana como ese gran exponente del discurso crítico y reflexivo que necesitamos en la actual sociedad de la inmediatez y las fake news

la literatura infantil y juvenil sigue ganando posiciones en el mercado español, y el número de lectores ha aumentado hasta alcanzar un 68,8 %, siendo los niños de entre 10 y 13 años los que más leen, con mayor frecuencia

libros de sagas, que arrasan en cuanto a preferencias.

mundo pandémico ha hecho ganar de golpe muchos puntos a lo digital frente a lo analógico.

Los datos arrojados por el Anuario contextualizan que la LIJ representa actualmente el 13 % del total del mercado del libro, y crece cada año en absorción frente al total del sector,